martes, agosto 01, 2006

UN VIAJE DE REENCUENTROS: VALDIVIA Y YO


Sin pensarlo mucho ni planear demasiado, sólo con las ganas de salir para cambiar de ambiente y visitar mi ciudad natal, partí a Valdivia, en el sur de Chile.

Fue un recorrido de 13 horas en bus, en que al ser un viaje principalmente de noche, sólo en horas de la mañana pude apreciar el maravilloso paisaje del sur, con sus frondosos y húmedos bosques, aves y animales a ambos lados de la carretera y ríos que cortan incansablemente la tierra.

La ciudad nos recibió, tanto a mí como al resto de los pasajeros, con un día lluvioso y húmedo, típico del sur de Chile, repleto de pequeños lagos, riachuelos y vegetación con un verde intenso que hace que tu vista no se canse nunca, siempre a donde miraras encontrabas algo distinto, para entrar de lleno a Valdivia con una vista al río Calle Calle, pasando por el puente del mismo nombre.

En ese momento no cabía duda que estábamos en Valdivia, La Perla de los Ríos.

Tanto que contar, tanta historia entre sus entrañas. En sus comienzos utilizada como defensa española, con sólo unos pocos fuertes aún en pie, para resistir la llegada de enemigos, que dio como resultado jamás haber sido invadida por mar. Ha sabido levantarse, después de haber sufrido la fuerza de maremoto y del terremoto más fuerte jamás registrado, gracias a la voluntad de su gente. Esa gente que quiere mucho a su ciudad, la cuida, la limpia y la disfruta tanto como no se ve en estos tiempos.

Caminar por sus calles tranquilas, con personas que iban y venían, aunque increíble pero cierto, siempre con una pequeña sonrisa en sus caras, topándose a ratos con vestigios de la ocupación española en un principio, para luego dar paso a la colonización alemana, no hizo más que sentirme muy a gusto en aquellas latitudes y poder por fin encontrar tranquilidad para pensar y reflexionar, que era, en parte, a lo que iba. Viajar solo te da una perspectiva distinta de las cosas, primera vez que a mi me ocurría. Realmente el único quien te acompaña eres tú.

No fue sólo un reencuentro conmigo mismo, sino también con aquella ciudad, que dejé cuándo tenía apenas dos años y sólo volví recién a los catorce pero nada más que de pasada, y de ese momento hasta hace algunos pocos días. Pero no hay día que deje de pensar en ella, en su clima, su geografía, su gente.

Al término de los cuatro días que duró mi viaje, sentí que me enamoré aún más de la ciudad. Fue tanto lo que me mostró; fuertes españoles de una época gloriosa; ríos anchos con aguas que corren sin parar y alberga a grandes deportistas remeros; bosques húmedos llenos de vida; gente que sabe que vive en un lugar privilegiado, siendo la ciudad donde cae más agua en Chile con hermosas nubes que decoran los cielos. Se hablaba que Valdivia sólo tenía dos estaciones en el año, la de invierno y la de ferrocarriles.
No es por menos que sea reconocida internacionalmente como La Ciudad Más Linda De Chile.

En fin. Un viaje distinto, un viaje de reencuentro, un viaje que supo entregarme la tranquilidad que necesitaba y calmar ese deseo insistente por volver a mis raíces.

2 Comments:

Blogger R.- said...

Bonita ciudad, por cierto, no la conozco en profundidad, solo de mochileo...pero son indudables sus encantos y mistica especial....ahora recuerdo Valdivia cada vez q escucho Schwenke y Nilo. jajjaj ya chaoo sigue escribiendo...

03 agosto, 2006 20:00  
Blogger arodasi said...

tambien es mi ciudad natal, me identificaron tus palabras.
io parti a los 4 años.
i cada año la visito aunque sea una vez.
me llena demasiado .
es hermosa i espero volver a vivirla nuevamente .
visit me .

05 agosto, 2006 15:58  

Publicar un comentario

<< Home

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 License.