lunes, enero 22, 2007

TRENES

Quisiera compartir con ustedes este texto inspirado en los trenes. Me declaro fanático de ellos, y en muchas ocasiones he tenido la oportunidad de subirme y viajar en ellos, no sólo acá en Chile, sino que también en Europa.

"He hecho una encuesta chanta a través de Messenger, y resulta que a todo el mundo le gustan los trenes. Los trenes están rodeados del aura romántica que le imaginámos a los viajes de antaño, cuando no había que cruzar rayos X ni comer con tenedores de plástico ni decidir a quién habría que llamar en caso de accidente. Esa época en que para llegar a un lugar había que, verdaderamente, invertir tiempo. Es probable que los cruceros tuvieran lo mismo, pero hace tiempo que andar en crucero consiste básicamente en una pachanga permanente donde lo único que importa es el color de paraguas de papel en tu trago de fantasía. Además, los cruceros de ahora como que van a una playa y vuelven, cuando antes iban de un continente a otro y cruzaban la línea del Ecuador, cosas que ahora ocurren únicamente si tienes muchísima plata. De manera que sólo nos quedan los trenes. El problema es que nadie sube a ellos.
Conversación típica de hace unos días (repetida varías veces):
- Oye, ¿te gustan los trenes?
- ¿Qué? No te entiendo.
- Que si te gusta andar en tren.
- Claro, nada más choro que andar en tren, el sonido de las vías bajo tus pies, el silbato que anuncia la partida, el atinadísimo concepto de coche-bar... A mí me encantan los trenes.
- ¿Y cuántas veces has andado en tren?
- Una nomás.


En fecto, para la mayoría de nostros los trenes son esas máquinas pesadas y ruidosas con las que aveces nos topamos en un cruce. O en un museo. Lo que tiene una ventaja, pues buena parte del carácter romántico-viajeros que le atribuimos a los trenes se produce justamente porque no los usamos. Entonces es bien fácil que ese aspecto entrañable se mantenga en el tiempo. Los trenes nos seguirán gustando por una razón muy sencilla: no nos subimos a ellos más que en situaciones especiales. Son la clase de artefacto al que uno recurre cuando está en alguno de los países míticos donde el tren sí funciona, como India o China o Inglaterra. Uno viaja en tren para ver el Taj Mahal o el ejército de terracota de Xi'an; o para peregrinar hasta Liverpool si se es fanático de los Beatles. De ese modo, imposible no querer a los trenes.
Como casi cualquier otro lugar, Chile también fue un país de trenes. Lo sé porque uno de mis primeros recuerdos de vacaciones tiene que ver con un tren lleno de gente, canastos y huevos duros que me llevó, parece, al sur. Y lo sé también porque mi abuelo trabajaba en trenes. Nunca hablé mucho con él, pero sé que miraba en menos a la gente que prefería ir al extranjero en lugar de viajar por Chile. Él sabía que en Chile había mucho para ver e impresionarse y lo sabía gracias al tren. La casa que compró y en la que todavía vive mi abuela queda cerca de una estación que ya no funciona. Cuando yo era chico y me tocaba quedarme ahí, despertaba sobresaltado por el ruido de los carros que pasaban en mitad de la noche. Claro que hoy pienso en ese ruido de una manera muy distinta. Si viviera cerca de una estación y me tocara escuchar ese estruendo a medianoche, sería señal de que todo está en orden, de que el tren está pasando sin novedad como todos los días, sería el sonido que anuncia un nuevo día, con todas las posibilidades buenas y malas que ello implica. Y aunque hay muchas otras razones, con esto bastaría para seguir queriendo a los trenes."

Javier Fuica en la edición de el Domingo en Viaje de El Mercurio del domingo 21 de Enero de 2007.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy interesante Andrés, como todo tu blog...
La información y los vídeos y relatos que pones son muy interesantes, se nota que le pones mucho cariño :)

Un abrazo

Patricia
www.vivetuviaje.com

25 enero, 2007 10:41  
Anonymous Anónimo said...

Hola Andrés:
Me encanta viajar en tren,aunque en mi país quedan muy pocos,aparte de los urbanos de Buenos Aires,pero mientras anduvieron,creo que salvo en uno,anduve en todos,el que iba a Mendoza,a Córdoba,a Bariloche,a Tucumán...
En la década del '90 estos se fueron cerrando,hoy quedan algunos,pero en muy malas condiciones,el de Bariloche lo arrelaron,y lo utilizé el año pasado...pero es deprimente ver qie mientras en otras partes del mundo cada vez ponen más y mejores trenes,aquí empeoran...
Tuve opotunida de ir por muchos países de Europa en tren,y la verdad,son un verdadero disfrute...
Amo los trenes,y me gustaría poder recorrer todo mi país en ellos..

01 febrero, 2007 05:05  

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