martes, mayo 22, 2007

OBTENIENDO PASAPORTE EN 1830

Acudió en 1830 a una oficina de entrega de pasaportes en París, Francia. Él relata que "Chile era tan poco conocido en Europa en 1830, como lo es para los chilenos, en el día la geografía de los compartimientos lunares".

Al llegar, fue consultado por el oficinista:

- ¿De qué país es usted caballero?
- De la república chilena.
- ¿Cómo dice usted?
- De Chile, señor.
- ¿ Qué está usted diciendo?… Chile, ¡vaya un nombre!
- Si, señor. - respondió Pérez- De Chile, república americana. ¿Qué tiene de extraño este nombre?
- ¡Ah, ah!, ¿de l’«Amérique», eh?… Chili… Chile, aguarde usted… Chile. Dígame usted más bien, caballero, ¿de qué pueblo es usted?, porque de tal Chili no hago memoria.
- De la ciudad de Santiago, señor.
- ¡Anda diablo! - exclamo entonces el sabio oficinista- ¡acabará usted de explicarse! - Y volviéndose a su escribiente le dictó estas palabras:

V. Pérez Rosales, natural de Santiago de México.

Al oír semejante atrocidad, Pérez Rosales exclamó exasperado: ¡De Chile! Que no de México

Pues, mándeseme mudar de aquí - respondió el geógrafo - y no me vuelva a entrar en mi oficina antes de averiguar mejor cuál es su patria.

Leído aquí...

lunes, mayo 07, 2007

¡¡CÁMARA AL AGUA!!


Espero que nunca tengáis que recurrir a esto, pero bueno, no está de más saberlo. Si alguna vez se te cae la cámara al agua y sobrevives al posible infarto posterior hay un par de métodos para intentar salvar la cámara de lo que podría ser una muerte más que probable de nuestra compañera de fatigas. Lo más importante es no perder el tiempo y hacer todo con rapidez. Os lo pongo como si fuera un manual de operaciones:

1. Sacar la cámara del agua con la máxima celeridad. No quedarse como un bobo viendo como
hace glub, glub. Cuanto menos agua penetre en el interior mejor.
2. Quitar las baterías y la pila del reloj (una pila blana de botón). Unos segundos más o menos
puede significar que la cámara vuelva a funcionar o no.
3. Quitar el objetivo y la tarjeta y abrir cualquier tapa
4. Sumergir en abuindante agua dulce si se ha mojado con agua salada, para eliminar la sal.
5. Secar con una toalla y bastoncillos de algodón todo lo que podamos.
6. Sumergir en alcohol isopropílico y pegarle unos meneos para que penetre en cualquier
resquicio de la cámara
7. Repetir el punto 5. Secar con una toalla y bastoncillos de algodón todo lo que podamos.
8. Dejar secar al aire un par de días
9. Poner las baterías y rezar tres oraciones si uno es religioso
10. Encender la cámara

El alcohol isopropílico diluye el agua que pueda haber en el interior de la cámara y hace que la humedad (agua) disminuya. Una vez secada a mano el alcohol que haya quedado dentro se evapora con facilidad y no acelera la corrosión y oxidación como lo hace el agua. Con un poco de suerte es posible recuperar la cámara. En caso de que se moje con agua salada las esperanzas disminuyen bastante. El “problema” del método del alcohol es que cualquier pegatina que haya dentro se despegue (es un disolvente) pero no debiera echarnos para atrás. Es un mal menor.

Otro método para eliminar la humedad es meter 12 horas la cámara en el horno a 50-60º (mínima potencia) y suele dar buenos resultados.

También se pueden usar desecantes como las bolitas de sílice, papeles de periódicos arrugados o polvo de arroz, pero estos métodos me dan menos garantías.


Fuente: Segio de la Torre

EL DATO CURIOSO

25,8 millones de personas visitaron los parques Disney de Tokio en 2006, cifra récord y cuatro por ciento mayor a la de 2005.
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